“Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto”. “Si supiera que en el mundo se acaba mañana, yo, hoy, todavía plantaría un árbol”. “Nada se olvida más despacio que una ofensa y nada más rápido que un favor”. “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Martin Luther King Jr

 

Todos nacemos el primer día que nuestros pies tocan tierras extrañas

Algunos de nosotros venimos con un objetivo como estudiar, trabajar y plantamos raíces por otros objetivos nuevos, otras personas vienen con el conocimiento que quieren intentar una nueva vida en otro país o ciudad. – Tu Corazón es Tu Casa

Lo que coincide en todos nosotros es que empezamos a contar desde el momento en que comenzamos esta aventura y estoy segura de que ese recuerdo es tan claro como el agua, como si hubiera sido ayer. Cuando hablo con personas que también han emigrado, lo primero que me preguntan es cuanto tiempo llevo en este país y que estoy haciendo aquí.

Y es cuando me doy cuenta de que es volver a nacer, aquí no tenemos ni la edad biológica, aquí tenemos la edad que llevamos construyendo una vida desde ceros, un camino que se trabaja día a día con la esperanza de sentirnos en casa, el problema está que aunque pasen muchos años aún nos sentimos extraños, es más el que ha vivido fuera cuando regresa a su país se siente extranjero. -Tu Corazón es Tu Casa

Es cuando nos damos cuenta de que somos ciudadanos del mundo, ni de aquí ni de allá. Nuestro corazón se convierte en nuestra casa, no pertenecemos a un lugar. 

Emigrar es cambiar de piel

Es hacer nuestro un nuevo idioma, nuevas costumbres, es intentar encajar en una sociedad que en ocasiones cierra sus corazones porque tienen miedo a lo desconocido, a los prejuicios y la mala fama que unos pocos van sembrando a su paso. Pero somos más los buenos, los que tenemos hambre de libertad, de alcanzar nuestros sueños, de ayudar nuestras familias, de recomenzar y dejara atrás un pasado que para algunos es doloroso o simplemente intentar aprender como se vive sin miedo.

Emigrar es dejar la familia, los amigos, las raíces, el tiempo no tiene tregua y pasa para todos

La diferencia es que ellos los que se quedaron están juntos y a nosotros nos acompaña una nueva amiga, la soledad, y estoy totalmente segura que todos la hemos tenido cerca, respirándonos por lo menos los primeros años y nos abraza con tal fuerza que nos rompe los huesos y el corazón y tenemos esas inmensas ganas de salir corriendo y dejar todo por lo que hemos luchado estos últimos años y volver. Pero ya no podemos porque una parte de nuestro corazón está plantando sus raíces en este nuevo lugar.

Así que vemos en social media nuestros amigos felices compartiendo, la familia celebrando la navidad junta y nosotros solos, tal vez en una habitación que hemos alquilado con tanto esfuerzo y buscando algún amigo con quien pasar las festividades. Pero eso no es todo el tiempo sigue pasando y nuestros abuelos mueren, nuestras mascotas también y poco a poco todo eso que se quedó detenido en tu memoria va desapareciendo y cuando te das cuenta, han pasado dos, tres, cuatro años y has sobrevivido.

Mis primeros dos años en Barcelona fueron una guerra entre el amor y el odio, tanto que me la tatué en mi brazo derecho para no olvidar el momento en que volví a nacer. Ya no soy la misma desde que deje mi tierra de color esmeralda, nací de nuevo el día que atravesé el océano y desde ese momento empecé a contar el tiempo que llevo aquí, pienso que en ese caso aún estoy en la primera infancia, todavía me emociono con los descubrimientos que me da esta vieja Europa cada día, todavía tengo mis primeras veces.

Y en este proceso en el que está con la mente abierta y el corazón latiendo, te das cuenta de que has crecido, emocionalmente, intelectualmente y espiritualmente.

Barcelona me enseño:

• El valor de la familia
• La soledad como una aliada
• La independencia económica
• Libertad
• Desconocidos que te ayudan sin esperar nada a cambio
• Nuevos amigos
• La aceptación de la muerte de mi abuela y de mi perro en la distancia
• Que siempre puedes florecer en otro lugar

Tuve la oportunidad de conocer ángeles en mi camino que me dieron la oportunidad de abrir mi corazón y las puertas a una nueva y mejor vida, y estaré siempre agradecida porque sin ese ayuda mi proceso se hubiera sido más difícil.

Mi nueva y mejor vida en Milán

Desde que estoy en Milano estoy aprendiendo hablar su idioma y balbuceo como un bebe, estoy aprendiendo a leer, a escribir como cuando tenía 5 años, y leo cuentos infantiles para entender este Idioma. Y a veces me siento como niña cuando algo de su cultura es desconocido para mí.

Después de vivir 4 años en Barcelona, tuve la bendición de vivir en el país de mis sueños, Italia… Esta historia la contaré en otra entrada – Tu Corazón es Tu Casa