México no solo huele a chile y sabe a tequila, y por eso, aquí Isabel nos comparte su receta casera hecha con el corazón, pero primero, ¿Quién es Isabel?
A Isabel la conocí en la Universidad Autónoma de Barcelona en el 2018, cuando cursé el Máster en Periodismo de Viajes. Recuerdo que se unió una semana después de que empezara el curso y, antes de su llegada, nuestros profesores nos hablaron sobre de una mujer valiente que atravesaría el océano para iniciar una nueva aventura con nosotros.
Nuestra universidad está ubicada en Bellaterra, una localidad a las afueras de Barcelona. Me gustaba mucho el camino que tomaba el tren para llegar allí, porque el entorno es campestre y me encanta. Recuerdo también que nuestras clases eran en la tarde y, por lo general, siempre había un sol resplandeciente que se reflejaba en el tren. Menciono esto debido a que porque, casualmente, la primera vez que vi a Isabel fue en el tren. Yo la vi, pero ella a mí no. Me fijé en ella, puesto que porque llevaba una blusa colorida y una sonrisa constante. En ese instante pensé en que era muy agradable ver personas con esa sonrisa, como si la vida fuera sencilla.
Luego de llegar a la universidad aquella tarde, la perdí de vista y me dirigí a mi salón de clases. Cuando la mayoría de los estudiantes ya estábamos en el salón, ella entró y se presentó. Recuerdo que dijo: «“soy Isabel Cerquera, periodista, y soy de México».
Puedo decir que desde que conocí a Isabel, puedo decir que me pareció una mujer valiente, no solo porque atravesó sola el océano en busca de sus sueños, sino también porque se demostró a sí misma todo lo que podía descubrir, sin importar lo que l esta sociedad le pondría en el camino. Cuando recuerdo a Isabel tengo su imagen de mujer sonriente, tanto desde el inicio del máster como hasta el día en que cuando lo culminamos, celebrando con tres botellas del mejor tequila de su país y también conde mezcal. Aquella fue una pequeña celebración entre los estudiantes y profesores, e Isabel fue la encargada de darle aún más alegría aquel momento con esos deliciosos licores.
Isabel nació en la Ciudad de México, tiene ese cabello negro que caracteriza a las mexicanas, brillante y bien cuidado, una sonrisa que puede iluminar cualquier salón y un sentido del humor que logra que hace los problemas del día se vuelvan pequeños. Se autodenomina ‘“asfaltera’”, es decir, que le gusta la ciudad, caminarla y descubrirla.
Aunque, cuando se le despierta la exploradora, le gusta disfrutar de los campos verdes que le ofrece su colorido país. Como mexicana, se siente orgullosa de su cultura, de sus raíces y de su comida, que es variada y llena de sorpresas gastronómicas por descubrir; l. La mezcla de carnes y picantes la hacen una de las comidas más apetecidas por las personas que los visitan. Una recomendación que nos hace es que, si visitas su país, no puedes marcharte sin probar los tacos al pastor, las quesadillas fritas de guisados, tlacoyos, los diferentes moles, chiles en nogada, chiles de agua oaxaqueños —(sus favoritos—), mole, tamales, tacos dorados, y enchiladas y frijoles con chorizo.
México no solo huele a chile y sabe a tequila, y por eso, aquí Isabel nos comparte su receta casera:
— Para 8 porciones, se necesitan 8 piezas de pollo, que pueden ser 4 muslos y 4 piernas.
— 1 kilo de jitomate rojo
— Hiervas, hiervas de olor: laurel, tomillo y mejorana al gusto
— 2 o 3 clavos
— 3 pimientas
— 20 aceitunas y un poco de su vinagre
— 10 alcaparras
— 6 chiles güeros
— Chiles en vinagre, al gusto con un poco de su vinagre
— 1 cebolla mediana
— 3 dientes de ajo
— Sal al gusto
Modo de preparación
Se limpia y se lavan muy bien las piezas de pollo y se reservan. Se pica de manera fina el jitomate con la cebolla y el ajo, y también se reserva. En una cazuela de barro se pone un poco de aceite y, una vez esté caliente, se le agrega el pollo crudo y se les da vuelta a las piezas, como a los 2 minutos se les le agrega el jitomate con la cebolla y el ajo;, sigue en fuego alto; c. Cuando comienza a hervir se le agregan la sal, las hiervas de olor, las pimientas y los clavos; s. Se tapa la cazuela y se le baja un poco la flama; c. Cuando ya está casi cocido el pollo (como 20 minutos después de que se tapa la cazuela), se le agregan las alcaparras, las aceitunas, los chiles güeros y los chiles en vinagre, y se vuelve a tapar hasta que termine de coser.
Queda caldoso y muy sabroso. Lo recomendable es que se vaya probando para que no se sale o se pase conde los vinagres. En México se come con tortillas y una deliciosa bebida fría en su preferencia. ¡Realmente es delicioso!