ADORO ENCONTRAR GENTE COMO YO:
EBRIA DE SUEÑOS VOLADORES
Ángela Botero
Viajar por el mundo ha sido un deseo general en varias culturas, todos lo hemos soñado en algún momento. Cuantas veces nos ha pasado interrumpir nuestra rutina diaria con una imagen de una playa paradisiaca con un mojito, el deseo aparece de repente y te traslada a ese lugar, o tal vez ver un video de una hermosa Navidad llena de lucecitas que alumbran una vieja ciudad europea.
Esto también me ha pasado a mí muchas veces durante mi vida, siempre he sido una soñadora desde muy pequeña. Recuerdo cuando tenía seis años, me ponía a mirar los coches, pasar por la ventana de nuestra casa en Bogotá, desde allí podía ver como entraban las personas a un cine que teníamos justo enfrente de nuestra casa, me gustaba mucho ver los carteles que ponían en aquel cine, ver las personas haciendo la fila y entrar. También veía la cantidad de coches que pasaban una y otra vez en frente de mi casa. Siempre me hacía la misma pregunta donde irán todas estas personas, qué película van a ver.
Desde muy pequeña me di cuenta de que el cine me transportaba a sitios inimaginables, muchas veces intentaba recrear estas escenas con plastilina o dibujando historias, a veces también escribía. De niña todas esas cosas eran más fáciles que ahora.
RECUERDOS DE MI INFANCIA
Mi creatividad fue aumentando cada vez que descubría algo nuevo, por ejemplo mi padre nos dio a mi hermano y a mí una grabadora de voz. Esto me pareció una idea fantástica porque imaginaba que sería periodista y entrevistaba a mi hermano, a veces también cantaba, esto último no era lo mío, aunque aún canto cada día, esto me hace feliz.
También inventábamos camping con las sabanas de nuestra casa y en cuestión de horas teníamos un campamento en nuestra sala, mi papá siempre tenía muy buenas ideas que nos llevaban a un viaje creativo maravilloso. A veces mi creatividad sobrepasaba los límites en mi infancia, una vez vi en una película de Disney en la que un tren llevaba a la Navidad, cuando termino la película imaginaba ese tren mágico que mostraban en la película y quería uno, así que le dije a mi madre que lo debíamos construir porque era un deber para entregar en mi colegio. Así que mi madre trabajo toda la noche junto con nuestra niñera construyendo el tren siguiendo todas mis instrucciones sin omitir detalles. Cuando desperté estaba allí, en medio de la sala, un tren mágico, mi madre y la niñera mirándome como aquí está tu deber terminado.
Ahora debes llevarlo a la escuela. Y debí confesar que solo quería representar la ilusión que me genero ver este tren en la película.
ASÍ EMPEZÓ MI VIAJE CREATIVO
Y hablo de creatividad porque es una palabra que tiene magia, un poder desenfrenado hacia el descubrimiento. Ser creativos nos permite ser exploradores, descubridores, cazadores de experiencias. Yo no soy viajera, soy creativa y necesito alimentar mi creatividad constantemente. Por eso, entre todas las cosas que me rodean, elegí viajar.
VIAJAR ES MI EUREKA
Cuando era niña mi madre era una viajera, le gustaba ir a puebliar se dice así en Colombia, la recuerdo con sus gafas, su copete ochentero y una cámara. Llevándonos a las fiestas de los pueblos donde sus amigas la invitaban, en esos lugares empecé a descubrir, acentos diferentes al mío, música, sabores y costumbres, que más adelante entendí.
Salir de casa me permitía descubrir que cosas me gustaban y que otras me daban miedo, por ejemplo a mis 15 años descubrí mi fobia a viajar en avión. Luego de viajar con una de mis tías en avión hacia San Andrés, empecé a sentir un miedo incontrolable, un ataque de pánico, sudaba frío, me sentía mariada, y solo me pasaban pensamientos negativos por mi cabeza. Así que para tranquilizarme empecé a pensar en que haría en ese lugar donde iba, qué playas descubriría, qué música, etc. Y esto bajo mi ansiedad, aunque debo confesar que este ejercicio no me funciona siempre.
Aunque viajar fue mi sueño desde mi infancia, no siempre tuve la posibilidad de viajar, así que descubrí que escuchar música hacía una explosión creativa en mi cabeza, amo la música cuando quiero escaparme de la realidad, me pongo los audífonos y soy solo yo.
La música también ha sido una fiel compañera cuando estoy lejos de casa, cuando tome la decisión de atravesar el océano para vivir mi sueño, nunca pensé que la soledad fuera un gran maestro.
Mi viaje no comenzó cuando conocí por primera vez otro lugar, sino el momento en el que descubrí que el mundo era muy grande y que los sueños si se cumplen.
Este es solo el comienzo de una aventura que durara para toda la vida
«Viajar es mi eureka»
Continúa…